
Curiosamente, su marido, también maestro del cole, se llamaba Don Eugenio; venian los dos cada mañana en un Renault 8 de color crema.
Fue el año en el que perdimos la virginidad: empezamos a escribir con bolígrafo. No sé cómo coño me lo monté para reventar uno (no me ha vuelto a pasar en 19 cursos como alumno ni en 16 como profesor), y me tiré la tinta e la ropa, por lo cual me cayó una bronca en casa.

Recuerdo haber aprendido el sistema métrico decimal, a multiplicar y dividir por la unidad seguida de ceros, y me peleé con las divisiones. Los cuadrenos Rubio de problemas fueron muy usados aquel curso.
Muere Franco, me acuerdo que mi madre me despertó y me dijo: Puedes seguir durmiendo, que hoy no va a haber colegio. Franco ha muerto. Yo pensé: -¿y por qué me despiertas para decírmelo? Os pongo recortes que todos tenemos en memoria, yo en concreto el nota del mono azul que saluda y se queda plantado....
Se estrena Mazinger Z, que fué un fenómeno de todas todas. Independientemente del merchandasing y toda la publicidad, esta serie crea una legión de adictos, y los desalmados de RTVE tan sólo compraron unos 30 episodios de los 92 que forman la serie. Yo creo que los psicotécnicos que les pasan a los programadores de TV son de lógica (emiten los capítulos desordenados o repiten), y de sadismo (te ponen el caramelo en la boca y con la serie siendo todo un éxito, la quitan sin dar explicación alguna, te jodes y punto. Años después he visto Mázinger entero por Tele 5, pero ya no era lo mismo, encontraba el argumento pueril, el comportamiento de Koji hacia Sayaka muy machista, hasta los giros del puño en el aire antinaturales (desafiaban la física clásica en cada lanzamiento). Desde aquí quiero dar las gracias a los programadores de TV por habernos puteado esta serie, y decirles que meses después de su retirada de la parrilla, yo miraba la tele después de comer con ansia esperando un nuevo episodio. Cuando comenzaba la serie infantil de turno, la cerraba y me iba a otra cosa.
2 comentarios:
Al que le metió de oxtias fué a mí, injustificadas claro esta, porque yo era muy "Bueno", me puso la cara como un mapa y despues me colocó contra la pared y empezó a llorar. Es de las pocas cosas que me acuerdo de tercero.
A mi me metió de oxtias la María Castañeda por hablar por el quicio de la puerta estando expulsado en el pasillo. No me meé encima de milagro.
Yo me he acordado de lo tuyo que fué público, pero lo mio quedó tras la puerta.
Cuantas hostias nos dieron, verdad?? Luego no me extraña que no solamos ir a misa, ¡porque ya estamos servidos!
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